Los ataques de los gatos son agresiones de depredador o de juego, y ambos comportamientos pueden parecer idénticos. Estos comportamientos en los gatos van desde el rascado y la mordedura leve y la mordedura severa. Es poco probable que un arañazo o mordedura de un gato doméstico sea fatal, pero tales lesiones pueden ser dolorosas y correr el riesgo de infección.
Hay formas de tratar el comportamiento agresivo de un gato, la mayoría de las cuales no requieren más que un poco más de atención por parte de su dueño.
¿Por qué los Gatos son Agresivos?
Los instintos de acecho y caza de sus antepasados siguen siendo muy fuertes en los gatos domésticos modernos. Por lo general, un gato ve algo que se mueve de una manera que provoca el instinto de atacar, lo que significa que el gato considera que el objeto (una mano, un pie, un niño pequeño) es una amenaza o una presa. De cualquier manera, el gato se ve obligado a usar sus garras y posiblemente sus dientes para completar el ataque.
En los gatos, la mayoría de las agresiones son causadas por el miedo o la curiosidad. En los gatos mayores, puede haber otras razones para la agresión y los ataques de los gatos, como la agresión redirigida, o cuando un gato ataca a su dueño porque siente que algo anda mal.
Un gato que está protegiendo su «territorio» de una amenaza percibida o un intruso (como un niño pequeño u otro animal) también puede volverse agresivo. Aunque este comportamiento puede ser normal al principio, si no desaparece en unos pocos meses, puede ser el momento de tomar medidas correctivas.
Por supuesto, el comportamiento agresivo puede provenir de una gata protegiendo a sus gatos. Un animal con dolor o que se siente amenazado también puede arremeter contra él. Pero si ataca bajo estas circunstancias, es fácilmente atribuible a una causa específica, la cual es diferente del comportamiento agresivo sostenido o frecuente.
Señales de Agresión de los Gatos
Tanto la agresión de juego como la agresión depredadora incluyen un lenguaje corporal distinto:
- Cualquier combinación de sigilo, silencio, postura de alerta, posturas de caza y lanzarse o saltar sobre las «presas» que se mueven repentinamente después de estar inmóviles.
- Sacudidas, maullidos y golpes en la cola.
- El comportamiento de farol, como cuando un gato arquea la espalda, no suele conducir a un arrebato, sino que es la forma en que un gato le muestra a otro que no debe ser molestado.
Desencadenantes de la Agresión de los Gatos
La mayoría de los gatos que se emparejan a una edad temprana aprenden a coexistir pacíficamente, con algún desacuerdo ocasional. Los dueños de los gatos son los blancos más frecuentes de la agresión de los gatos, especialmente aquellos que no viven con otros gatos.
Casi cualquier tipo de movimiento, desde caminar hasta levantar un objeto, desencadena el comportamiento. Lo que comienza como «juego» puede convertirse en agresiones peligrosas, mordeduras y ataques directos cuando el gatito o gato se excita. Las manos y los pies de los dueños de mascotas son los blancos más frecuentes.
Los gatos criados a mano y los que son destetados a temprana edad son más propensos a participar en este tipo de comportamiento. Se sabe que aterrorizan a los gatos tímidos y temerosos, intimidan a los gatitos más pequeños y molestan a los felinos geriátricos, además de atacar a los dueños.
Aunque son menos peligrosos en los gatos, los gatos mayores que se comportan como depredadores de los niños pequeños o de las mascotas más pequeñas pueden causar lesiones graves, por lo que es importante entrenar a los gatos para que dejen de comportarse de esta manera antes de que se conviertan en problemáticos.
Cómo Detener la Agresión de los Gatos
Antes de probar las técnicas de modificación de la conducta, vale la pena ir al veterinario para asegurarte de que no hay una afección médica subyacente que cause la agresión de un gato. Las enfermedades comunes de los gatos, como la toxoplasmosis, la rabia o el hipertiroidismo, pueden hacer que tu gato, por lo demás dócil y amigable, se vuelva agresivo sin previo aviso. Un chequeo para asegurar la salud general de tu gato debe ser tu primer paso.
Si tu gato recibe un certificado de buena salud, el siguiente paso es controlar su comportamiento. Esto puede tomar algún tiempo porque los gatos no son animales sociales como los perros y no responden de la misma manera a la terapia de aversión. Prepárate para ser paciente.
Hay varias maneras de fomentar un juego saludable y vigoroso en tu gato, pero evitando el comportamiento agresivo que puede provocarle lesiones.
- Coloca una campana en el gato de ataque para dar tiempo a otros gatos o niños pequeños de la casa para que escapen y para que le indiquen para que pueda interrumpir y detener el comportamiento.
- Detén un ataque en curso a través de una pistola de agua, un pulverizador de citronela o el sonido del silbido del aire de una lata de aerosol. Experimenta para averiguar cuál funciona mejor.
- Coloca un arnés y una correa en el gato para darte un mejor control y la capacidad de interrumpir el comportamiento indeseable. El simple hecho de pisar el extremo de la correa puede detener a una mascota en su camino.
- Juega juegos interactivos con tu gato para quemar energía. Un consejo es mover los juguetes hacia arriba y hacia abajo a través de su campo de visión, en lugar de hacia o lejos de él, para despertar el mayor interés. El juego interactivo también fomenta la confianza en los gatos tímidos para que puedan aprender modales.
- Crea una rutina regular que incluya un tiempo específico para jugar, de modo que el tiempo de juego se convierta en parte de las expectativas diarias de tu gato.
- Esterilizar o castrar a los gatos antes de su primer cumpleaños. Esto reduce en gran medida la agresión entre gatos, especialmente si los animales alojados juntos son de diferentes sexos. A veces incluso los gatos machos castrados se pelean entre ellos.
- Un segundo gato de la misma edad, tamaño y temperamento a menudo puede proporcionar un objetivo a un compañero de juegos y ayudar a enseñarle a un gato peleón a morder y a usar las garras. Asegúrate de presentar correctamente el par.
Recomendación
Si sospechas que tu mascota está enferma, llama a tu veterinario inmediatamente. Para preguntas relacionadas con la salud, siempre consulta a tu veterinario, ya que ellos han examinado a tu mascota, conocen su historial de salud y pueden hacer las mejores recomendaciones para tu mascota.